Rompes con el acordeón y disuelves a las banderitas
Rompes con el acordeón y disuelves a las banderitas
Ocurrió durante la campaña
electoral a la presidencia de la República de Colombia en 1994, el director del
Noticiero dispuso sus dos mejores alfiles para hacer el cubrimiento por todo el
país a los candidatos más opcionados para ganar, la orden era no perderles
pisada. Álvaro Eduardo García Jiménez, subdirector del informativo, fue
asignado para cubrir los pormenores de la campaña de Andrés Pastrana; y Óscar
Ritoré, jefe de redacción, la de Ernesto Samper.
Una mañana de sábado del mes de
abril del mencionado año se presentó un problema en el noticiero, de esos
problemas que se saben presentar en televisión, los cuales parece sacados de la
mismísima imaginación de Stephen King… Pero vamos por partes.
La noche anterior Humberto
Huertas, jefe de edición y yo habíamos estado trabajando hasta las 2:00am,
acompañados de un señor al que llaman Johnnie Walker; al salir paramos en “El
Buho”, taberna donde nos reuníamos sagradamente viernes y sábado a rendir culto
al dios Baco varios colegas del gremio técnico de la televisión. De allí nos
sacaron a las 4:00am.
Tres horas después estábamos
nuevamente en el noticiero, esta rutina era normal, trasnochar trabajando,
Johnnie Walker, madrugar a trabajar. Humberto se quedó en el master de Edición y
yo me fui para a Inravisión (Instituto Nacional de Radio y Televisión de
Colombia), ubicado en la avenida 26 de Bogotá.
Tenía asignada la tarea de editar
las notas de los corresponsales y apoyar a mi amigo “Muphy” en el VTR, lugar
desde donde se rodaban las notas durante la emisión… Entonces todo lo que tenía
que pasar comenzó a suceder… Empezó la vorágine de ese día.
“Coco” Navarro y “Memo” Torres
eran los otros dos editores. Por circunstancias de salud que nunca conocí,
faltaron ese sábado a trabajar, no había tiempo para llamar remplazos y había
que salir sí o sí. Esa es “la ley” de los medios de comunicación, solucione
como sea los problemas y al aire. No hay espera.
Al saber que Humberto estaba
editando solo más de 20 notas me devolví al noticiero que estaba ubicado en
Quinta Paredes, al llegar recuerdo que me dijo:
- Ovejito ayúdeme con estas
notas.
Y empezamos una mañana de edición
de alta velocidad tipo Fórmula Uno, ni Juan Pablo Montoya nos habría alcanzado.
Los dos corríamos de sala en sala
insertado imágenes, nivelando audios, cuadrando las partes de las entrevistas
de cada nota, cuidando que no se fueran errores de edición que no nos
perdonaban como saltos de eje o doble cuadros, tan comunes en la televisión de
hoy… Ya no nos acompañaba Johnnie Walker, ahora lo sudábamos.
Mario “El Master” Castillo llegó
de grabar una nota y al vernos más enredados que gato en un mosquitero se puso
a editar también.
Eran las 11:00am cuando entró,
corriendo también, José Antonio Reina “el motorratón”, con un casete que
acababa de llegar desde Montería con la nota de Óscar Ritoré. Era el informe de
la campaña de Ernesto Samper en su correría por la costa, se lo entregó a
Humberto y a los cinco minutos escuchamos un grito agónico y desgarrador seguido
de unas palabras que recordaban a la progenitora del periodista Ritoré.
Recuerdo las instrucciones que
enviaba Óscar para la edición de su nota como si las escuchara en este mismo
momento:
- Humberto empezando rompes con
el acordeón y disuelves a las banderitas.
Luego daba una serie de
recomendaciones para la edición con primeros planos, paneos, música y
disolvencias de video y audio. Nada de eso se pudo hacer porque no había
tiempo. El casete llegó tarde. La nota se montó como se pudo y de manera
atropellada, ya estábamos contra el reloj.
A la 1:00pm en punto comenzó el
informativo, a esa misma hora Humberto y Mario seguían editando, yo hacía lo
propio en Inravisión; ya me había devuelto para la emisión. Las carreras
seguían, la angustia no paraba, no daba tregua.
Mientras tanto en Montería, Óscar
había armado toda una parafernalia, video beam, pantalla gigante y sonido en un
sitio fresco, había invitado al Candidato y su comitiva para que vieran el
noticiero y observaran la nota que prometía ser la mejor.
Se emitió primero la nota de
Andrés Pastrana, la cual habíamos editado la noche anterior con todo el tiempo
del mundo. Alvarito García como siempre encontró una historia que contó con su
especial y admirable forma de escribir. Y lo más importante, hizo llegar el
material un día antes. La nota montada a manera de crónica tenía todos los
cuidados y especificaciones técnicas… al terminar seguía la nota de Samper.
Literalmente fue montada “a lo
maldito seas”. Pim, pam, crahs, pum… no tengo cómo mas describir la nota.
En Montería Óscar en su acto de
lambonería palidecía. Samper se levantó de la primera fila y le puso una mano
en el hombro mientras le decía:
- Ay Óscar… no sea tan huevón. Y
se fue. (Espero lo hayan leído con la particular voz del expresidente).
A la 1:50pm ya el noticiero había
terminado y nos encontrábamos con Humberto sentados en una de las salas de edición
en silencio, no pronunciábamos palabra alguna. El mutismo del momento se
interrumpió cuando sonó el teléfono, Humberto contestó – ¿Alo?. Al otro lado de
la línea estaba la ira ofendida de Óscar Ritoré. Durante unos tres minutos
Humberto escuchó los reclamos y recriminaciones, fue entonces cuando “H”, así
le decimos, tomó aire profundamente y con voz calmada pero decidida le
respondió con tres palabras contundentes:
- Vaya coma mierda.
Colgó el teléfono, nos miramos y
soltamos la carcajada. Solo nosotros sabíamos por qué la nota de Alvarito había
quedado muy bien y la de Óscar a los machetazos, solo nosotros y Janette Gómez,
la productora del noticiero, sabíamos todo el estrés que habíamos soportado en
cinco horas. Teníamos claro que nadie nos iba a felicitar por haber salvado la
emisión, así era generalmente. Entonces me dijo:
- Camine vamos a comer gallina
criolla donde “El Gordo” de la 19. Solo atiné a contestarle – Hermano, ¿le
acaban de dar gallina por teléfono y quiere más? Y me contestó, - Es que ésta,
si me la voy a comer con gusto.
Elkin R Coronell
C
Excelente crónica reviví aquellos momentos de alucinante adrenalina
ResponderEliminarGracias