Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2020

El ejemplo de Sebastián

Imagen
El ejemplo de Sebastián A Sebastián con su pelo largo, muy largo, tipo Sansón, lo conocí a través de un monitor de edición en la oficina de televisión de la Alcaldía de Villavicencio, si es que se le puede llamar así a un sitio de 3mts X 3mts en donde trabajábamos hacinadas 12 personas, sus palabras no eran las de un niño, eran las palabras de una persona mayor con la sabiduría de saber lo frágil y efímera que es la vida. A los pocos segundos de ver la entrevista que le hizo el periodista de turno me di cuenta de varias cosas: La historia del niño era una enseñanza digna de una crónica, era sensibilidad pura. El “reportero” que le hizo la entrevista no tenía idea de dónde estaba parado, dejó ir entre sus manos un material invaluable. Siempre he dicho que para esto del periodismo se necesita desarrollar el olfato periodístico, sangre en el ojo, conectarse con la gente y mucha pasión. Esto no es poner a otro a hacer masa. El camarógrafo Juan Pablo Castro si tuvo la prec

El último que vio vivo al Diablo Rojo

Imagen
El último que vio vivo al Diablo Rojo Son las 9:00am de un miércoles cualquiera en la redacción del Noticiero NTC Noticias, algunos compañeros hablan con sus fuentes vía celular, otros leen el periódico y yo en mi cubículo me doy cuenta que en una hora está citado el consejo de producción y no tengo ninguna nota fuerte para presentar. Suena el teléfono de mi extensión, que es la 113, el 13 un número siempre presente en mi vida. Dejo perder la llamada, pues estoy muy ocupado revisando mis apuntes a ver qué dato me salva, no encuentro nada. Vuelve a sonar la extensión y sigo dejando sonar el teléfono, pues, seguro es algún chicharrón y no puedo perder más tiempo. Es entonces cuando la recepcionista viene hasta mi puesto de trabajo y me dice que me llama urgente Roberto Quintana, Roberto es uno de los mejores camarógrafos de Colombia, con un olfato periodístico desarrollado y con sangre en el ojo para enfrentar cualquier adversidad periodística. Decido tomar la llamada. -

Dos almas

Imagen
Dos almas Eran dos almas vagando por los caminos de la vida acostumbradas a vivir engañadas, traicionadas y de pronto abusadas en sus sentimientos. Andar sin sentido era su cotidianidad, deseaban no haber nacido. En uno de esos pasajes se encontraron, no hubo amor a primera vista ni nada parecido, las diferencias eran marcadas. Pero el tiempo hizo lo suyo - al igual que lo hace cuando se distancian – en solo unos meses pasaron del simple hola a preguntarse por sus días y sus vidas. Se veían poco, sin embargo, sus ojos empezaron a ser cómplices de un naciente sentimiento. Un cuarto reservado para el amor furtivo fue testigo de su primer encuentro… Venus dio rienda suelta a la pasión y el aliento fue uno solo, sus corazones palpitaron al mismo ritmo mientras las sábanas se enredaban, el éxtasis retenido se desgranaba con gemidos entrecortados, el roce de la piel era un solo frenesí, un te quiero espantó el miedo que los invadía y al final… sus cuerpos fatigados y empapa

Rompes con el acordeón y disuelves a las banderitas

Imagen
Rompes con el acordeón y disuelves a las banderitas Ocurrió durante la campaña electoral a la presidencia de la República de Colombia en 1994, el director del Noticiero dispuso sus dos mejores alfiles para hacer el cubrimiento por todo el país a los candidatos más opcionados para ganar, la orden era no perderles pisada. Álvaro Eduardo García Jiménez, subdirector del informativo, fue asignado para cubrir los pormenores de la campaña de Andrés Pastrana; y Óscar Ritoré, jefe de redacción, la de Ernesto Samper. Una mañana de sábado del mes de abril del mencionado año se presentó un problema en el noticiero, de esos problemas que se saben presentar en televisión, los cuales parece sacados de la mismísima imaginación de Stephen King…  Pero vamos por partes. La noche anterior Humberto Huertas, jefe de edición y yo habíamos estado trabajando hasta las 2:00am, acompañados de un señor al que llaman Johnnie Walker; al salir paramos en “El Buho”, taberna donde nos reuníamos sagra

La suerte de Roberto

Imagen
La suerte de Roberto Paseaba tranquilo por la playa del hotel Las Velas en Cartagena, con un trotecito alegre, una sonrisa que trasmitía satisfacción, y en los ojos, la tranquilidad de vivir feliz el día a día… tenía asegurada la comida, el agua fresca para calmar la sed y cuando quería entraba al hotel a tomar la sombra y disfrutar del aire acondicionado… Sin duda alguna era feliz. Así lo recuerdo. Pero no siempre la vida fue amable con Roberto; nació en la calle, desde sus primeros meses en este mundo se enfrentó al duro asfalto, su progenitora lo amamanto hasta donde pudo y les compartió, a él y sus hermanos, la comida que podía conseguir. Así fue hasta que se fue solo a enfrentar su existencia. Todo esto me lo contaron quienes lo conocieron desde cachorro, o casi desde su nacimiento. Su pelaje era una extraña mixtura de grises, blanco y un degradé de color café, de patas largas y fuertes, hocico alargado, cuerpo atlético de aguantar hambre, y sus ladridos variaba